domingo, 24 de febrero de 2013




El Romance del Conde de Lara (III)



Las danzas cantadas, o el canto danzado (la primacía de un elemento sobre el otro tiene interés sobre todo desde el punto de vista histórico, bien como canto que se aplica a una danza preexistente, bien como danza que se crea para coreografiar un canto, bien como danza y canto que surgen a la vez), han existido en España desde la antigüedad. Con  toda  razón  dice  Menéndez  Pidal: El  baile acompañado del canto es la manifestación de arte popular más completa y acabada, concurriendo en ella los instrumentos, la voz, la poesía y la rítmica coreográfica.

Eran  costumbre propia  de  gente rústica  y  labradora, aunque lo más  probable  es  que esa  costumbre  popular  derivase de otra caballeresca medieval; las danzas romancescas  eran  conocidas, por lo menos, en toda  Castilla  la  Vieja, en  tierras  de  Salamanca y  de  León  y en  las Asturias  de Santillana.


Los instrumentos característicos utilizados en la danza eran las  castañuelas  y  el  pandero que  son  instrumentos, junto  con  el tambor, típicos del folklore más arcaico, siendo algunos romances  específicos, y  no cualquiera, propios para la danza.

Con la intensa exploración  del  romancero  por  tierras  españolas, realizada  directamente unas veces por el matrimonio Menéndez  Pidal y  alentada otras veces sobre sus colaboradores, fue como se conocieron  los  bailes  antes absolutamente ignorados como el baile a  lo llano de Ruiloba.

Maria Cruz Morillón

Detrás  de  él, como ya vimos,  la  Revista  Estampa  el 9  de septiembre de  1930 publicó un reportaje del baile  con descripción  de la  danza,  con  muchos  elogios  sobre  el  romance  de  El Conde  Sol (también  llamado  la  Boda  Estorbada  o  La  Condesita) que se  cantaba como propio  del baile y  con no pocas suposiciones sobre su origen y carácter.

 Bailadoras y pandereteras del reportaje de la revista Estampa.

En septiembre de 1931, Eduardo Martínez Torner, musicólogo del Centro de Estudios Históricos, vino también a recoger datos sobre los romances en Ruiloba y después,  aunque  sólo  de  pasada  y  sin  ningún  dato novedoso, en  1948 vuelve  a mencionarlo  Sixto Córdoba  y Oña  en su Cancionero  de  Santander.

Kurt Schindler (Berlin 1882 - New York 1935) especializado en dirección de coros y recolección de música popular, recibió de la Universidad de Columbia (Estados Unidos) el encargo de realizar una grabación de campo de la música popular de España y Portugal.

Fotografía de Kurt Schindler

Schindler acepta el encargo, abandona la dirección de la Schola Cantorum de Nueva York y viaja a España en 1928, donde entra en contacto con los investigadores del Centro deEstudios Históricos y con la riqueza del folklore peninsular; la Universidad de Columbia le había proporcionado una grabadora portátil de la marca Fairchild Aerial Company con la que podía impresionar directamente las canciones en discos de aluminio.

 Kurt Schindler, en compañía de Ramón Menéndez Pidal y sus hijos Jimena y Gonzalo, 
tuvo oca­sión en 1932 de contemplar los bailes romancísticos del Norte de España.

La recolección de cantos populares realizada por Kurt Schindler, grabados por diversos pueblos españoles (diez horas de música en 160 discos), representa el fondo más antiguo de este tipo de recopilación.


Entre julio de 1932 y enero de 1933 recorre Santander, Ávila, Zamora, Cáceres, Badajoz y Miranda do Douro. En el año 1933 recopila melodías en Ruiloba, teniendo como informantes a Maria Cruz Morillón y Luisa Escalante.  

 El "Baile a lo llano" de Ruiloba (21-VIII-1932). En las fotografías sacadas por Schindler 
(conservadas en la Híspanic Society) se distingue a Ramón Menéndez Pidal y a su hija 
Jimena entre el público.

Finalizado su trabajo, regresa a Estados Unidos, dejando en el Centro de Estudios Históricos una colección de copias de sus discos y la grabadora, hoy desaparecida. 

https://www.youtube.com/watch?v=IRAKP8RJ5Ho 

Tras indagar sobre el paradero de estas grabaciones, el Centro Etnográfico Joaquín Díaz en Urueña (Valladolid), localizó la única copia que en la actualidad se conservaba en España; esta copia contiene las grabaciones realizadas por Schindler en España y Portugal entre los años 1928 y 1932 y procedió a su adquisición, que resultó muy costosa, cediendo una copia digital al Archivu de la Música Tradicional del Muséu del Pueblu d’Asturies en Gijón para su custodia y estudio.


La única publicación de sus trabajos en España la realiza Federico de Onís en 1941: Folk music and poetry of Spain and Portugal / Música y poesía popular de España y Portugal" 1ª edición de la "Hispanic Institute in the United States" (New York 1941).



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