miércoles, 28 de enero de 2015




Nuevas aportaciones para la historia de Ruiloba



En la Revista ALTAMIRA del año 1959 publiqué una historia de Ruiloba aparecida en la biblioteca del Escorial en el siglo pasado, que a mi juicio se podía situar a finales del siglo XVI, principios del XVII.

Ahora, después de veintidós años y por cumplirse en este año el centenario de la reconstrucción de su templo parroquial, transcribo a continuación otra memoria, que, según copia que tengo, se colocó entonces en una de las bases de las columnas de la iglesia, encerrada en una botella, junto con unas monedas y guardadas en una cajita de roble forrada de plomo, cuyo texto dice lo siguiente:

D. O. M.
Beatissimae semper Virgini  Deigenitrici Mariae
SANTAE MARIAE DE RUILOBA
Hoc templum parrochiale sub advocatione Santissimae Virginis in misterio
 Assumptionis in Coelum.
Clerus populusque vici vulgo dicunt Ruiloba.
 KALEN-DIS OCTOBRIS ANNO MDCCCLXXX

In testimonium nobilitatis et munificenciae huyus populi, haec inscriptio et libellum adjuntum colocatum fuit in fundamentis huyus templi, de mandata Parrochi ejusdem Eclessiae Rectoris.
Esta es la inscripción que aparece en la portada del manuscrito y que luego sigue:

AÑO DE 1880

La Iglesia, destruida por hallarse ruinosa hacía muchos años, ocupaba el mismo lugar y tenía la misma forma y tamaño que la que estamos construyendo, aprovechándose de aquélla solamente la torre, a la que agregamos un cuerpo y la cúpula, de la cual carecía. También aprovechamos el ábside, o testero de la nave central, que es de sillería, y el de la nave de la epístola, que es de mampostería.

Empezó su reconstrucción el 1º de julio de 1880, previa licencia del Sr. Obispo de esta diócesis de Santander, y se cree terminará para el 15 de agosto de 1881, con la ayuda de Dios.

                                                   Dibujo de la iglesia del Barrio, anterior a la reforma.

Dicho templo debió haber sido construido en tres épocas distintas y su fundación muy antigua. El presbiterio, de tres naves, era de bóvedas, y el resto del templo estaba sostenido por seis columnas, de piedra unas y de madera otras, que sostenían el techo, que estaba forrado de tablas. El pavimento de las tres naves del presbiterio era de losas de piedras, y el resto de madera, formando hileras de cubiertas de sepulturas, donde se enterraban los muertos hasta el año 1834, que se empezó a sepultar en el cementerio de San Pantalón, situado en el monte de Helguero.

 Dicho templo perteneció a la comunidad de frailes benitos de Oña, que, según tradición, cedió una parte de sus derechos a la Abadía de Santillana, en compensación a los que ésta tenía sobre un templo que poseía en el barrio de Gandaría, despoblado hace algunos siglos. Dos sacerdotes servían esta parroquia, un fraile del convento de Oña, que era relevado por otro cada cuatro años y era el cura mayor y se le llamaba en el pueblo el padre Prior; el otro, que hacía las veces de coadjutor y era nombrado por el Abad de Santillana, se le llamaba el Sr. Cura.

El campanario durante las obras de reforma.

 Ambos se mantenían con la retribución de las comunidades que los elegían y con el producto del pie de altar. Los diezmos y primicias que pagaban los vecinos de sus cosechas y ganados, los recogían aquellas comunidades, en proporción de tres cuartas partes para Oña y una parte Santillana, poco más o menos. El último padre Prior lo fue don José Portela, natural de Galicia, y el último Sr. Cura, don Bernardo Rojo Rodríguez, natural de Comillas.

Desde la supresión de las comunidades religiosas y de los diezmos, está servida esta parroquia por dos sacerdotes, dependiendo del Sr. Obispo de Santander. Esta iglesia ha pasado, jure devolutto, a la jurisdicción ordinaria del Sr. Obispo de Santander, después de la extinción del convento benedictino de Oña y la supresión de la Colegiata de Santillana. Posee dicho Sr. Obispo patronato sobre esta Iglesia, presentando e instituyendo de esta manera clérigos para ella, siendo el primero presentado e instituido don Marceliano Hazas, actual párroco de dicha Iglesia y feligresía, el 26 de septiembre de 1879. Posee una casa rectoral para habitación del párroco en el barrio de la Iglesia, calle de la Obra Pía, 10. Actualmente es párroco dicho don Marceliano, natural de Somo, Iglesia de Ruiloba. y coadjutor don Gregorio Mijares, natural de Cóbreces.

La iglesia tras la reforma.

El expresado párroco ha promovido la construcción de la nueva iglesia, ayudado de una comisión de vecinos de este pueblo, que son: don Rodrigo Ruiz Pomar, don Juan Antonio González Ruiz, don José Sañudo y don Antonio Jereda, secretario. Este templo se construye a expensas de una suscripción abierta entre los vecinos del pueblo. Los planos y dirección son del arquitecto municipal de Santander, don Casimiro Pérez de la Riva, natural de este pueblo y barrio de la Iglesia, quien se ha prestado generosa y gratuitamente a desempeñar estos cargos. El maestro ejecutor, don Juan González Cava, es natural de San Felices de Buelna, en esta Diócesis y Provincia. Actualmente es Alcalde de este municipio don Antonio Fernández Vallejo y juez municipal don José Pérez y Pérez, médico don Emilio Gutiérrez Pérez, profesor de la escuela de niños don Antonio Jareda y de la de niñas doña Hipólita Sánchez.

El arquitecto tolano D. Casimiro Pérez de la Riva, autor de la reforma, en su casa del Barrio.

 Este pueblo de Ruiloba tiene en la actualidad 1.200 habitantes, repartidos, por escala de mayor a menor, en los barrios de la Iglesia, Pando, Liandres, Trassierra, Concha, Casasola, Sierra y Ruilobuca, que en junto hacen 309 vecinos, segun el padrón parroquial. Perteneció siempre al Real Valle del Alfoz de Lloredo, hasta el año 1847, que formó ayuntamiento aparte. Sus habitantes varones, desde principios del siglo pasado, tienen por costumbre emigrar a Andalucía y en su mayor parte a Jerez de la Frontera, en donde se han dedicado al comercio en establecimientos de comestibles y tabernas. Algunos se han hecho grandes almacenistas de vinos y otros famosos como catadores de vinos en aquel gran mercado. Entre éstos se encuentra don Juan Sánchez, de Ruilobuca, que fundó y dotó a este pueblo de la Obra Pía que posee.

Juan Sánchez, de Ruilobuca

Hace algunos años, los emigrantes a Andalucía tenían sus familias en Ruiloba, con las que pasaban dos o tres años después de estar fuera otros dos o tres, y en este tiempo, otros de su familia o vecinos cuidaban o manejaban los establecimientos. De esta manera podían mantener sus familias con economía y era motivo de la prosperidad que llegaron a adquirir, no bajando de 20 las que se podían llamar ricas, y de 30 las que estaban bien acomodadas y con algún capital, además de su hacienda de labor.

Los hijos, educados con la modestia y buenas costumbres de las aldeas, llegaban fácilmente a ser hombres de provecho. La facilidad de comunicaciones que disfrutamos ha hecho que, 30 años acá, se hayan ido trasladando estas familias a Andalucía, de modo que en breve tiempo se quedará este pueblo sólo con los vecinos que cultivan las tierras. Esta emigración, que fue casi toda para Andalucía, lo es actualmente, en una buena parte, para América, principalmente a Cuba, en donde hasta ahora ha prosperado poco. Las consecuencias de estas antiguas y constantes emigraciones han sido fatales para el pueblo, pues, a trueque de algunos caudales que al fin no han venido al país, ha atrasado en mucho su agricultura y perdido los brazos de su juventud, extinguiéndose en el pueblo la mayor parte de las familias abolengas, que van reemplazándose por braceros forasteros. Los productos del pueblo son: maíz y el heno que se coge en mieses o reunión de propiedades cerradas en mancomunidad y algunas fuera de las mieses cerradas también. Además, se cosechan alubias, algún trigo, nabos y hortalizas, en cantidades casi insuficientes para el consumo de la localidad. Antiguamente se debió coger en este pueblo bastante vino o chacolí, pues en todos los barrios hay lugares que se llaman «las viñas». En nuestros días y los de nuestros padres y abuelos no se cogía ya chacolí, pero sí bastante sidra procedente de muchos manzanos que se criaban en las huertas y mieses.

Ruiloba; un pueblo eminentemente agrícola y ganadero.

A causa de una enfermedad que se parece a la gangrena y se considera incurable, fueron desapareciendo los manzanos y con ellos la sidra, de modo que hace 40 años que apenas se recoge alguna pipa de sidra. La benignidad del clima, que apenas baja el termó- metro centígrado a 2ºC sobre cero ni sube de 30ºC, ha permitido desde muy antiguo la cría del limonero y del naranjo. Las naranjas, hasta nuestros días, eran agrias, pero los limones grandes y de exquisito aroma, considerados como la mejor clase que se produce en España, proporcionaban una buena renta con relación a las pocas y escasas huertas dedicadas a estos árboles.

La escasa renta de algunos mayorazgos de este pueblo consistía, principalmente, en los productos de una huerta de limoneros. Actualmente se nota mayor inclinación al fomento de este árbol y del naranjo dulce, que se cultiva en mayor escala y esmero en los inmediatos pueblos de Cóbreces y Novales. Había bastantes mayorazgos en este pueblo, todos de pequeñas rentas que les eximía de trabajar sus tierras ellos mismos. El de más importancia fue el de la casa de Velarde, situada al noroeste de la iglesia, en la que tenía una capilla con asiento preferente y un escudo de armas, que como recuerdo colocamos en el coro del baptisterio. Sus descendientes viven hoy en Santander con el apellido Sautuola.

 Entre todos los vecinos reúnen unas 450 vacas de vientre, que echan a pacer al término mancomunado del pueblo, cada barrio las suyas, a cargo de un pastor que las lleva por la mañana y las trae por las tardes. El día 16 de junio de cada año salen todas las reses vacunas del pueblo, que quieran mandar sus dueños, a los pastos de Carraceda y Lasuseras, término de Cabuérniga, a cargo de un pastor y ayudantes, donde permanecen hasta el 18 de octubre, que regresan al término de este pueblo, pero no bajan a sus casas hasta que se recogen los frutos de las mieses y bajan entonces a pastarlas, que es lo que llamamos «derrotas». El derecho de pasto en aquellos puertos, en la época señalada, es antiquísimo en este pueblo según los documentos que posee.

Agricultura tradicional y aprovechamiento de bosques comunales (Ruilobuca)

 El término de este pueblo es desde el puente de Cubón hasta el de Portillo y desde el mar hasta Cotalvío, continuando después terrenos mancomunados con los pueblos del antiguo Real Valle del Alfoz de Lloredo. El terreno sin cultivar se puede calcular en tres cuartas partes, que en su mayoría estuvo poblado de árboles de roble y castaño, pero la mancomunidad de su disfrute ha sido la causa de su destrucción de la mayor parte. El monte de los Anales, sobre Ruilobuca, de hayas, el de Helguero en el Barrio. Palacios sobre Ruilobuca y Pando, el de Mazurgo en Trassierra y pequeñas cantidades en otros puntos, es lo que nos queda de arbolado del común. También posee la cuarta parte del Monte de Corona, siendo sus copartícipes los pueblos de Comillas, Udías y Ruiseñada. Este monte se ha destruido también bastante por la misma razón de mancomunidad de su disfrute.

 En el barrio de Pando se ha construido en estos años un convento de monjas Carmelitas Descalzas, sujetas a la jurisdicción del Ordinario, a expensas del presbítero don José Ruiz y Pomar, natural de este pueblo y barrio de la Iglesia, cuyo costo y fundación pasará de 600.000 pesetas, parte principal de la herencia de sus padres, cuyo templo del convento está sirviendo de parroquia durante la reconstrucción del que nos ocupa.

D. José Ruiz y Pomar.



Sobre los mares de Fonfría y Lastras está situado el Santuario de la Virgen de los Remedios, que obtiene gran devoción de estos vecinos y de los comarcanos y se celebra su romería el día 2 de julio, cuya procesión sale de la parroquia acompañada de la danza y llega a dicho santuario. En época que no hemos alcanzado hubo tres días de feria con motivo de esta festividad y en la actualidad sólo se celebra en dicha capilla misa parroquia1 en los dos domingos siguientes al 2 de julio. También se celebra en dicha capilla la festividad de los Santos Mártires, Emeterio y Celedonio, patronos del obispado, en el día 30 de agosto. Además viene de diferentes pueblos a cumplir en este Santuario los votos que de hace siglos tienen hechos a la Virgen de los Remedios; Cóbreces viene el día de dicha festividad; Comillas lo hace el segundo día de Pascua de Resurrección, y así otros.

Santuario de la Virgen de los Remedios en la Marina (Liandres)

Hay, además, las ermitas de San Roque, en Pando; la del Carmen, en Concha; la del Pilar, en Liandres; la de Santiago, en Tramalón; la de Santa Eulalia, en Trassierra, y San Pantaleón, en Helguero, hoy cementerio del pueblo, cuya parte nueva, situada al poniente del viejo, se ha construido este año de 1880, con fondos de la Fábrica de la misma del corriente año. En el barrio de la Iglesia y sitio del castro de San Pedro, se halla un edificio dedicado actualmente a cárcel de este Ayuntamiento y fue ermita consagrada a San Pedro y después escuela pública.



Ermita del Pilar, en Liandres.

Capilla de Santiago, en Tramalón.

En el año 1855 se puso en explotación por una compañía francesa, una mina de calamina en el sitio llamado la Venta de la Vega, inmediato al puente de Portillo, que durante seis u ocho años produjo mucho mineral de fácil explotación. Se establecieron por esta compañía, y cerca del mar, varios hornos para calcinar el mineral, aparatos para lavarlo y una máquina de vapor para triturar el mineral, blenda, que salía en abundancia, al par que la calamina. Estos minerales, así como los de la misma clase de otras minas que poseía la misma compañía, se embarcaban por el puerto de Comillas para Bélgica y otros puertos extranjeros. Actualmente no se explota la mina de la Venta de la Vega por exigir costosos agotamientos y poco las de Udías. Como indemnización por abrevaderos y servidumbres cedidos por el pueblo a la compañía minera, ésta entregó a aquél 20.000 reales con destino a la construcción de la Casa Consistorial y Escuelas Municipales, así como la cal necesaria para esta obra que se edificó en el año 1860 y está situada al ángulo N.O. de la Iglesia, con el frente al corro de la Cigoña. Los vecinos contribuyeron a esta obra con prestaciones personales. El Ayuntamiento y Juzgado Municipal ocupan la planta baja del edificio, la escuela de niños el principal, con entrada al sur, y la de niñas, el segundo, con entrada al norte.

Explotación de calamina en Casasola, próxima a Puente Portillo.


Ayuntamiento, juzgado y escuelas municipales en el Barrio.

El camino real que cruza este pueblo por Tramalón, Sierra, Liandres, La Ventuca (debajo de Casasola) y puente de Portillo, fue abierto al público en el año 1858 y se construyó por el pueblo desde Tramalón hasta debajo de la ermita de los Remedios, y el resto, una junta de los pueblos interesados, formando parte de ella don Angel B. Pérez y Pérez, natural de este pueblo y del comercio de Santander. Antes de construirse esta carretera no había otro camino real que una malísima cambera para carros, que subía y bajaba las cuestas con la mayor pendiente y desde Tramalón iba por Collado a la Marina, pasando por la ermita de los Remedios, bajando por allí a La Ventuca, para volver a subir a Casasola y de allí a Portillo por fuera de la mies. La carretera fue después pagada por la Diputación Provincial en la parte construida por la Junta. Hoy la sostiene el Estado.






Autor: Lorenzo Correa

1 comentario:

  1. holaaa...queria saber en que año se construio el Puente Portillo? gracias

    ResponderEliminar