Manzanas asadas
La manzana es una fruta pomácea
comestible, fruto del manzano doméstico (Malus domestica), otros manzanos
(especies del género Malus) o híbridos de aquel.
Un elemento más de la explotación
agraria medieval, de considerable importancia en las pequeñas explotaciones de
la Alta Edad Media, para al autoconsumo familiar y la elaboración de la sidra.
Según el Diccionario de la Real
Academia de la Lengua, pomar o pumar es un sitio, lugar o huerta donde hay
árboles frutales, especialmente manzanos.
Los pomares se localizaban en los
huertos cercanos a las casas, perdiendo su importancia en la Baja Edad Media en
la explotación agraria, siendo sustituidos en Cantabria por el viñedo y el cereal, y en los
siglos XVII y XVIII por el cultivo del maíz principalmente.
A mediados del siglo XVIII, el
Catastro del Marqués de la Ensenada confirma la existencia de manzaneras o
pomares en el pueblo de Ruiloba.
Vista general de Ruiloba desde la mina de Ruilobuca.
Como topónimo, tenemos en
Ruilobuca (como no podía ser menos), una calle que hace referencia a estos
lugares que responde fielmente a la descripción de los mismos: casas con
huertos adyacentes, en los cuales raro era no ver manzanos, entre otros
frutales.
Calle del Pomar, en Ruilobuca, con sus casa alineadas rodeadas de huertos.
La oferta actual en tiendas y
supermercados de una amplia variedad de manzanas de origen foráneo y a lo largo
de todo el año, hace que la plantación de las mismas en nuestros huertos haya
ido desapareciendo, y con ello las especies locales propias aclimatadas al estas
latitudes: reinetas, repinaldas, de “la verruga”, etc.
Llegados a este punto, difícil es
encontrar en nuestro pueblo plantaciones de frutales (y en concreto manzanos),
ya que aquellos huertos que generaban un aporte a una economía de subsistencia,
han ido dando paso lamentablemente a jardines y espacios de ocio.
Pero en Ruilobuca (y no digo que
no existan otras localizaciones aisladas por el resto del pueblo), todavía
queda algún manzano “de los de toda la vida” al cual, como no, hemos hecho una
visita para “tomar una muestra”.
Las manzanas de Raquel.
La manzana de la discordia es una
referencia a la manzana dorada que, según la mitología griega, la diosa Eris
destinó para la más bella en la boda de Peleo y Tetis, encendiendo una disputa
entre Hera, Atenea y Afrodita que terminaría llevando a la Guerra de Troya.
Así, la «manzana de la discordia»
se convirtió en el eufemismo para el centro, núcleo o quid de un argumento, o
para un asunto menor que podía llevar a una gran disputa, como es el caso del
ingrediente principal utilizado para nuestra receta.
Por cierto Raquel, solo fueron
media docena; ya te las pagaré con un tarro de nueces de San Abagán, para que
esto no derive en una batalla.
Un postre muy sencillo de
elaborar, donde lo mejor del mismo es el aroma a hogar que dejan en casa y evoca
recuerdos de la infancia cuando tu abuela las preparaba.
Cogemos la media docena de manzanas
que tomamos prestadas en el Solar, las lavamos, las descorazonamos con cuidado
de no llegar al fondo para evitar que se les escape el relleno demasiado pronto
y las ponemos con el rabo hacia abajo en la bandeja de cristal donde las vamos
a asar, añadiendo un poco de agua y una rama de canela en el fondo del
recipiente.
Introducimos un poco de azúcar
moreno en el hueco de las manzanas y espolvoreamos por la parte de afuera,
regándolas con el mezclado de Málaga Virgen y blanco del Miradorio que nos
sobró en la bota el día del Mozucu.
Según el gusto de cada uno,
también pueden asarse peladas como en este caso.
Ponemos en el horno a 180ºC durante
una hora aproximadamente, y cuando hayan cogido colorcillo, las gratinamos
hasta que el azúcar se caramelice y listo.
Después, apagamos el horno y las dejamos hasta
que enfríen. Las sacamos y, o bien las degustamos así directamente rociándolas
con el almíbar, o las preparamos a nuestro gusto:
"Concha". Manzana asada con su almíbar y confitura de cerezas.
"Casasola". Manzana asada con sirope de chocolate y cacahuetes.
"Ruilobuca". Manzana asada en tulipa de chocolate con castañas asadas, nueces y alquejenjes.
"El Barrio". Manzana asada con frutos secos, mermelada de arándanos y miel.
"Liandres". Manzana asada con natillas.
"Trasierra". Manzana asada en tulipa de barquillo y confitura de frutas del bosque.
Los de Pando y Sierra, por esta vez, se quedan sin postre. Como en nuestros huertos queda todavía algún que otro peral, les prepararemos unas peras al vino que en estas aldeas siempre supieron combatir el frío con buenos y saludables remedios. Vigilad pues vuestros perales.